La transcriptasa inversa del VIH-1 es una importante diana farmacológica en el tratamiento del SIDA.
La mayoría de los inhibidores de esta enzima son análogos de nucleósidos, como lamivudina o zidovudina, que bloquean competitivamente la actividad de la transcriptasa inversa. Otros inhibidores son los llamados no nucleosídicos, como la nevirapina, que bloquean selectivamente la actividad enzimática por un mecanismo alostérico.
La terapia combinada de inhibidores no nucleosídicos junto con análogos de nucleósidos puede ser muy eficaz en el tratamiento del síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
En las siguientes páginas, intentaremos explicarte cómo se puede comprender la acción de estos inhibidores de la transcriptasa inversa a nivel molecular.